Zaragoza Logistics Center (ZLC) ha presentado su ‘Guía para una externalización socialmente responsable: Indicadores clave de rendimiento e impacto’, con la que facilita a las empresas este proceso teniendo en cuenta el impacto social y el rendimiento operativo.
Esta iniciativa se ha desarrollado dentro del proyecto ReSChape, lanzado tras la pandemia de la Covid-19 y financiado por la Unión Europea para analizar y evaluar los impactos y las disrupciones en las cadenas de suministro y conseguir aumentar su resiliencia ante los impactos globales.
Dentro del sector logístico y de transporte, la externalización es una herramienta que permite optimizar operaciones, reducir costes y aumentar su flexibilidad y capacidad productiva. Sin embargo, esta estrategia puede tener consecuencias sociales y económicas en cuanto a las condiciones laborales de los empleados y desigualdades salariales, en seguridad y en materia de Responsabilidad Social Empresarial (RSE) y reputacional.
La guía surge del estudio sobre la externalización en el sector en los últimos años hecho en el marco del Proyecto ReSChape y su objetivo es dar a las empresas una hoja de ruta estructurada para medir y mejorar el impacto social de sus estrategias de externalización. Para ello, la guía se centra en varias áreas clave y sugiere una serie de KPIS para su aplicación y seguimiento: condiciones laborales, salarios y poder de negociación, aspectos normativos y de sostenibilidad, y rendimiento operativo y financiero.
Además, detalla la definición de KPI a través de la investigación académica, aportaciones de expertos y de especialistas en recursos humanos, así como su aplicación, revisión y comunicación de manera eficaz para avanzar en la mejora continua de las empresas, e incluye consejos y casos prácticos. El documento muestra un enfoque metódico para garantizar que los resultados reflejen el verdadero progreso social, así como el compromiso ético de las organizaciones.
Alicia Martínez de Yuso, investigadora de ReSChape y Project Manager de ZLC, apunta: “La externalización de empleados para funciones logísticas no esenciales ayuda a reducir costes y facilita la operativa a las empresas, pero a la vez se genera una dependencia externa que implica desafíos en materia de sus condiciones laborales, en seguridad o formación. A medida que avanza el sector, y en el actual contexto de alta demanda de profesionales, hay que equilibrar los beneficios que aporta la externalización con la sostenibilidad de la empresa y su compromiso social”.
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