Durante los 4 primeros meses del año, el tráfico de mercancías en los 46 puertos de interés general del Estado alcanzó las 181.517.886 toneladas. Esta cifra supone un descenso del 2,1% respecto al mismo periodo del año pasado debido a la ralentización del comercio mundial ante la incertidumbre y relajación de las principales economías. En este entorno, las navieras que usan la península ibérica como plataforma logística para remitir sus mercancías a terceros países, han disminuido sus operaciones hasta un descenso de casi un 4% de mercancías en tránsito, perdiéndose cerca de 2 millones de toneladas.
Sin embargo, ha habido incrementos de +3,5% los graneles sólidos, con 31,3 millones de toneladas, y +0,3% en los graneles líquidos, con 60,2 millones de toneladas. En los graneles sólidos como consecuencia del repunte en el movimiento de carbón (+42%) hasta superar los 7,8 millones de toneladas, y los cereales y sus harinas (+27%) que superaron los 6,3 millones de toneladas. Por su parte, entre los graneles líquidos se ha incrementado el movimiento de gasoil un +16% hasta superar los 7,2 millones de toneladas.
El tráfico de mercancía general, como ya viene sucediendo en los meses precedentes, ha descendido en el formato de envíos en contenedor (-8,6%), debido a la caída del tránsito que ha repercutido de manera ostensible en este tipo de tráfico. Sin embargo, el formato de mercancía convencional sigue creciendo (+3%), y ha permitido que el total se situase en 85,3 millones de toneladas.
Por otro lado, vuelve a destacar el incremento de vehículos nuevos (+39%) hasta superar el millón de unidades.
Respecto al número de buques crece un 7% en el acumulado y un 7,4% respecto al total de GTs. En total, 47.272 buques y 797,7 millones de GTs.
El sector logístico está entrando en una fase de moderación tras un inicio de año muy dinámico. No se trata de una crisis, pero sí de una desaceleración clara, especialmente visible en el transporte terrestre y el empleo autónomo.
Los equipos de compras del sector manufacturero e industrial enfrentan el desafío de reducir costes sin comprometer la seguridad del suministro, a menudo con recursos limitados. Un nuevo enfoque en las compras puede ayudarles a identificar áreas de gasto que hasta ahora no se habían considerado.
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