En un contexto urbano cada vez más regulado, congestionado y consciente de su huella ambiental, las soluciones tradicionales han dejado de ser suficientes y la sostenibilidad surge como un imperativo estratégico y una oportunidad para impulsar la eficiencia y rediseñar las ciudades del futuro. Y es ahí donde la logística sostenible más eficiente, ordenada y colaborativa, surge no sólo como una exigencia social o normativa, también como un verdadero motor de innovación, eficiencia y diferenciación competitiva, donde los operadores logísticos, pero también las ciudades, los consumidores y las empresas tecnológicas juegan un papel clave.
Las empresas más avanzadas, aprovechando los avances tecnológicos disponibles, están integrando todo tipo de tecnologías de análisis de datos y analítica avanzada para hacer más eficientes tanto las rutas como los procesos de recogida y entrega. Eficiencia que redunda sobre la sostenibilidad ambiental de la última milla, junto con el fomento de modelos de reparto multimodal que combinan vehículos eléctricos, bicicletas de carga, microhubs y puntos de recogida. Por su parte las ciudades también buscan adaptarse a través de la gestión inteligente del espacio urbano, digitalizando las zonas de carga y descarga, promoviendo la compra verde e impulsando la electrificación de las flotas y la infraestructura de recarga, reduciendo así las emisiones y optimizando el uso del espacio público. El resultado: operaciones más limpias, eficientes y adaptadas a las restricciones urbanas donde en el centro no solo está el cliente, sino también el resto de los ciudadanos y el entorno.
Pero aún con todo ello, el consumidor sigue jugando el papel más relevante, a la hora de primar a las organizaciones y productos más sostenibles, realizar una compra responsable, elegir las opciones de entrega más eficientes y evitar los repartos innecesarios. Y para ello la información confiable y transparente es clave. Premisa por la que también cada vez más se está regulando en este sentido, tanto de forma global como a sectores específicos, y donde la trazabilidad del producto y el Alcance 3 de la huella de carbono comienzan a jugar un papel protagonista.
Impulsar la sostenibilidad en la última milla, implica identificar, gestionar y mnimizar los riesgos normativos y sociales además de los ambientales, incluso convertirlos en oportunidades, convirtiéndose así en un factor crítico de competitividad. ¿Está tu organización preparada?
Artículo de opinión publicado en el nº302 de Logística Profesional (pág 29)
La distribución urbana se enfrenta a retos crecientes en eficiencia, costes y normativas. Desde la falta de infraestructura hasta la logística inversa, pasando por la electrificación o la presión regulatoria, expertos del sector comparten las claves para mejorar el modelo y avanzar hacia una última milla más alineada con las exigencias medioambientales y del consumidor.
La distribución capilar se enfrenta a retos crecientes, desde la escasez de transportistas hasta las complejidades del reparto urbano. Pascual trabaja activamente en atraer nuevo talento al sector, impulsar soluciones de última milla más sostenibles y promover modelos colaborativos y normativas más homogéneas que hagan más eficiente y responsable la logística en entornos urbanos.
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