La Asociación de Transporte Internacional por Carretera (ASTIC) valora positivamente la revisión que el Gobierno de España ha acometido en torno al denominado régimen de módulos. La nueva Ley, que entrará en vigor el 1 de enero de 2016, restringirá el acceso a este régimen solamente a aquellas empresas cuya facturación anual no supere los 75.000 euros.
ASTIC entiende que “el régimen de módulos ha resultado absolutamente nefasto para el funcionamiento del transporte por carretera por ser discriminatorio, constituir un mecanismo de subvención encubierto y fomentar la atomización empresarial, la economía sumergida y el fraude fiscal. Por eso hemos abogado siempre por su supresión o porque su utilización se restrinja lo máximo posible. La reducción del límite a 75.000 euros de los 300.000 contemplados en la actualidad constituye una excelente noticia”, aseguran.
El Pleno del Senado sacó adelante este Proyecto de Ley de modificación de la ley 35/2006, de reforma del IRPF con los votos del grupo popular tras haber rechazado las enmiendas presentadas por los grupos parlamentarios mixto, catalán y socialista.
Las críticas de estos grupos a la nueva Ley se han centrado en la posible amenaza que representa para las empresas que hasta ahora han empleado el régimen de módulos. En opinión de ASTIC representa todo lo contrario: una clara oportunidad de mejora para el sector del transporte por carretera.
“La eliminación de las discriminaciones y fraudes fiscales, las subvenciones encubiertas y la economía sumergida no tendrá sino un efecto beneficioso para el mercado de transporte por carretera, un servicio en la actualidad absolutamente imprescindible para el funcionamiento económico e insustituible que debe ser valorado” explica Ramón Valdivia, director general de ASTIC.
La distribución urbana se enfrenta a retos crecientes en eficiencia, costes y normativas. Desde la falta de infraestructura hasta la logística inversa, pasando por la electrificación o la presión regulatoria, expertos del sector comparten las claves para mejorar el modelo y avanzar hacia una última milla más alineada con las exigencias medioambientales y del consumidor.
La distribución capilar se enfrenta a retos crecientes, desde la escasez de transportistas hasta las complejidades del reparto urbano. Pascual trabaja activamente en atraer nuevo talento al sector, impulsar soluciones de última milla más sostenibles y promover modelos colaborativos y normativas más homogéneas que hagan más eficiente y responsable la logística en entornos urbanos.
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