La era de la información en el sector industrial se encuentra aún en sus primeros estadios. El intercambio ilimitado de datos. Al inicio de la cadena de proceso, la mayor eficiencia de los recursos depende en gran medida del equipamiento que suministra estos datos: los sensores inteligentes.
Los sensores hacen las veces de órganos sensoriales de las máquinas, y la información que proporcionan es el primer factor que hace posibles las máquinas inteligentes: dan a las máquinas la capacidad de ver, detectar y comunicar de forma inteligente. Los sensores inteligentes contribuyen a la capacidad de clasificar e interpretar la información.
Este aspecto se caracteriza por el procesamiento inteligente de señales, que separa la información verdaderamente relevante de los grandes volúmenes de datos y la pone a disposición de distintos recursos. Por este motivo —además del sistema de control primario de máquinas y sistemas— se proporciona información para supervisar los sistemas de producción y permitir la detección de fallos. La transparencia de los flujos de materiales y procesos genera un potencial adicional para la optimización. Así, los procesos se vuelven más eficientes y rentables, además de aumentar su competitividad.
Al examinar los cuatro retos existentes en los niveles de producción («control de calidad» en el nivel de sensores y accionamientos, «automatización flexible» en el nivel de máquinas, «seguridad» en el nivel de producción y «seguimiento y localización» en el nivel corporativo), queda patente que, en nuestra calidad de proveedores de tecnología para la industria 4.0, ya somos capaces de presentar e implementar soluciones.
De los sensores convencionales a los inteligentes
Sick siempre ha desarrollado y fabricado sensores inteligentes. El hecho de que la empresa haya estado a la cabeza del sector durante diez años centrando sus esfuerzos en la inteligencia de los sensores pone de manifiesto el continuo desarrollo de su estrategia corporativa. Como resultado, Sick ya concibió el futuro de la automatización en 2004; una visión que actualmente se identifica con términos como industria 4.0.
El desarrollo continuo de los sensores inteligentes no significa que el futuro y el pasado sean independientes, sino que, más bien, forman una unidad indisoluble de desarrollos tecnológicos que dependen unos de otros.
La creciente velocidad de la potencia de cálculo de los chips modernos hace posible el procesamiento remoto de volúmenes de datos significativamente mayores y capacidades como el uso asociado de métodos matemáticos complejos. Esto abre dimensiones completamente nuevas en términos de alcance, precisión y solidez de las mediciones. Las soluciones de sensores capaces de medir en varias dimensiones, como los sistemas de cámaras y escáneres láser, tampoco serían posibles sin este desarrollo, debido a su gran volumen de datos.
La siguiente etapa es la combinación de los conocimientos de aplicación y la flexibilidad de arquitecturas modernas de «software».
La potencia de cálculo permite tener sensores aún más inteligentes, pero esta inteligencia no sirve de nada hasta que se combina con el software y los conocimientos de aplicación adecuados. La combinación inteligente de los conocimientos de aplicación y la flexibilidad de arquitecturas de software modernas permite alcanzar la siguiente etapa en el desarrollo de los sensores.
Esta etapa se caracteriza por la existencia de sensores capaces de llevar a cabo análisis más exhaustivos, de adaptarse automáticamente a los cambios, de comunicarse en red y de solucionar de forma remota tareas complejas en una red de fabricación de mayor tamaño. En otras palabras, el sensor se conecta a la máquina, el sistema, la fábrica y toda la cadena de creación de valor, y proporciona transparencia en la producción.
Como resultado, se convierte en el punto de acceso al mundo de la industria 4.0. Sin embargo, en todos los mundos virtuales, la inteligencia de los sensores no deja de ser una parte del todo: del sensor. Incluso los servicios en la nube y las aplicaciones de software necesitan apoyarse en una base física del entorno industrial, es decir, en un componente de hardware robusto y fiable. Y para poder fabricar este hardware hay un único requisito esencial: décadas de experiencia.
Podrá leer este artículo ampliado en el número 214 de Logística Profesional.
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