Casi el 70% de los negocios atraviesa dificultades para hacer frente a gastos corrientes como el pago de nóminas o del local a raíz de la pandemia. Ante esta situación, el 35% de las pymes ha optado por explorar nuevas líneas de negocio y más del 30% por impulsar el ecommerce, según los resultados del Barómetro de necesidades financieras de los negocios y las empresas ante la crisis del Covid-19 de Mastercard.
El 36% de los negocios considera que la situación económica de su empresa tardará entre uno y tres años en volver a ser igual que antes de la crisis derivada de la Covid-19, mientras que solo el 13% espera poder volver a la situación previa en menos de seis meses (un 30% espera recuperarse en un plazo de seis meses a un año). Pese a la diferencia en las previsiones, el barómetro deja constancia de que el impacto del coronavirus ha sido prácticamente unánime, ya que el 94% de los negocios se ha visto o cree que se verá afectado económicamente por la pandemia en las próximas semanas o meses. De esto se deriva que el 69% de los negocios reconozca que tiene o tendrá dificultades para hacer frente a gastos como los pagos de deudas financieras, a proveedores, de nóminas o del local (pago o alquiler). Más aún, el 90% estima que su facturación se verá reducida respecto a la del año anterior.
Por eso, los pequeños y medianos negocios y empresas están buscando alternativas y nuevas líneas de negocio para adaptarse lo mejor posible a la situación (así lo afirma el 35%). La apuesta por el ecommerce (31%); cambios de la producción de la actividad (20%); solicitudes de financiación pública (18%); o fomento de la internacionalización de la empresa (15%) son las principales vías por explorar, en base a la respuesta de los encuestados.
El sector logístico está entrando en una fase de moderación tras un inicio de año muy dinámico. No se trata de una crisis, pero sí de una desaceleración clara, especialmente visible en el transporte terrestre y el empleo autónomo.
Los equipos de compras del sector manufacturero e industrial enfrentan el desafío de reducir costes sin comprometer la seguridad del suministro, a menudo con recursos limitados. Un nuevo enfoque en las compras puede ayudarles a identificar áreas de gasto que hasta ahora no se habían considerado.
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