El mantenimiento de las actuales restricciones al cabotaje tiene un coste anual estimado de 50 millones de euros, según los datos que maneja la Comisión Europea a partir de un estudio del Parlamentode Estrasburgo. Para el citado organismo, «la supresión de las restricciones al cabotaje contribuiría a reducir los trayectos en vacío al facilitar a los transportistas la combinación de cargas y la utilización de los viajes de ida y vuelta», una afirmación que no deja de ser más relevante aún al conocer los planes franceses para extender las limitaciones a los vehículos ligeros.
De hecho, para la Comisión Europea la desaparición de estos límites entre Estados miembros «permitiría optimizar la gestión de la flota, con el consiguiente aumento de la eficiencia logística general de la economía de la UE, lo que contribuiría a mantener el atractivo de la UE como lugar para la producción y el comercio».
De hecho, el propio vicepresidente de la Comisión, Siim Kallas, responsable de Transportes, ha hecho un llamamiento para que se simplifiquen y aclaren las normas de la UE sobre el transporte de mercancías por carretera tras publicarse un informe sobre la integración del mercado interior del transporte por carretera. El informe concluye que, si bien se han logrado algunos avances, la supresión de las restricciones que aún quedan ayudaría a la economía europea y mejoraría el medio ambiente.
Desde la Comisión Europea no dudan en hacer hincapié en que casi una cuarta parte de todos los camiones que circulan por las carreteras de Europa un día cualquiera van vacíos, bien de regreso al punto de partida o entre carga y carga. Así las cosas, la apertura de los mercados nacionales del transporte por carretera a una mayor competencia contribuiría a reducir los trayectos en vacío y a aumentar la eficiencia del sector.
En esta línea, Kallas no duda en reconocer que «las normas actuales son antieconómicas para las empresas europeas, afectan a todos los usuarios de la carretera y son perjudiciales para el medio ambiente. Necesitamos una reglas claras para el sector y, al mismo tiempo, necesitamos unas buenas condiciones laborales para los conductores. Espero que la próxima Comisión continue por esta vía».
Entre las conclusiones del citado informe figura el que las autoridades competentes de los Estados miembros redoblen sus esfuerzos para hacer cumplir la legislación vigente de forma más eficaz y coherente y que la Comisión y la UE contribuyan a este objetivo aclarando aquellas normas que no se comprenden, interpretan y aplican por igual en todos los Estados miembros.
Otro de los objetivos pasa por aplicar mejor las normativa de carácter social en este sector para lograr atraer así a nuevos conductores y poder gestionar la demanda futura prevista para el transporte de mercancías.
El 72% de las mercancías, por carretera
El revelador informe elaborado por la Comisión Europea pone de manifiesto que el transporte por carretera supone casi las tres cuartas partes (72%) del transporte interior de mercancías de la UE, con un volumen de negocio anual que asciende a 300.000 millones de euros y que representa alrededor del 2 % del PIB de la UE.
Pero es que, además, el transporte terrestre, del que forma parte el transporte por carretera, es el único modo de transporte en el que la productividad laboral ha disminuido desde 2001 (-0,2 %). Otros datos significativos ponen de manifiesto que el 20% de todos los camiones circula vacío, un porcentaje que alcanza el 25% en el caso del transporte nacional.
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La distribución capilar se enfrenta a retos crecientes, desde la escasez de transportistas hasta las complejidades del reparto urbano. Pascual trabaja activamente en atraer nuevo talento al sector, impulsar soluciones de última milla más sostenibles y promover modelos colaborativos y normativas más homogéneas que hagan más eficiente y responsable la logística en entornos urbanos.
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