Lufthansa LEOS ha instalado escáneres láser de Sick para controlar el remolcado de los aviones. La firma alemana está realizando pruebas con el sistema de protección de aeronaves (Aircraft Protection System —APS—) de Sick.
En colaboración con LEOS, Sick ha desarrollado un sistema de asistencia al conductor que ayuda a remolcar las aeronaves para reducir el riesgo de colisiones y accidentes. El tractor de remolque (desprovisto de barra de remolque) engancha la rueda delantera y la levanta. Dicha rueda y su peso pasan a descansar sobre el centro del tractor, cuyo conductor toma el control de la aeronave. El escáner láser 2D LMS511 se instala orientado hacia atrás en el tractor y explora toda la zona paralela al suelo situada debajo de la aeronave.
«El escáner láser detecta las ruedas del tren de aterrizaje principal del avión y el sistema de asistencia al conductor APS determina el tipo de avión a partir de la geometría del tren de aterrizaje. El APS incorpora una base de datos que almacena diferentes tipos de aviones y muestra todos los modelos que concuerden con la geometría del tren de aterrizaje al conductor del tractor por medio de una lista de selección en pantalla. A continuación, el conductor selecciona el modelo correcto y confirma la selección», explica Michael Doll, ingeniero de proyectos de Lufthansa LEOS.
Así, el sistema controla el corredor de remolque, señala al conductor cualquier obstáculo y le advierte con antelación de posibles colisiones. APS está compuesto por un escáner láser 2D LMS511, una pantalla táctil con una unidad de procesamiento integrada y una aplicación de software.
Después de seleccionar el tipo de avión, se muestra la correspondiente silueta almacenada en la base de datos. El conductor del remolque puede usar la pantalla para detectar la envergadura, el tipo, el contorno y la posición del avión con claridad. El APS calcula el ángulo del avión respecto al vehículo de remolque usando la geometría del tren de aterrizaje. Así, el sistema determina la trayectoria de desplazamiento del avión y la muestra en la pantalla usando radios de curva a derecha e izquierda a lo largo de las alas.
«Las zonas de alarma pueden configurarse individualmente. El área de exploración se extiende por debajo del avión como si fuera una alfombra invisible —afirma el director de operaciones de Lufthansa LEOS, Thomas Killmaier—. Todo aquello que entre en esta área (la trayectoria que sigue el avión) se indica en rojo en la pantalla. El conductor recibe esta información siguiendo una estrategia de aviso definida para determinar si puede producirse una colisión entre el avión y un objeto».
Si aparece un objeto en la trayectoria de desplazamiento del avión, el lado en peligro se destaca en la pantalla y, al mismo tiempo, se emite una señal acústica que advierte del peligro. El APS distingue entre tres situaciones de colisión diferentes, de manera que el conductor puede detectar rápidamente la ubicación del peligro potencial sin necesidad de tiempo de interpretación ni de búsqueda.
«El sistema de asistencia al conductor proporciona apoyo, pero nunca interviene», resalta Doll. Desde Sick trabajan con los conductores de los tractores de remolque para configurar una frecuencia acústica adecuada que ayude al conductor y al sistema de asistencia.
Además del ámbito de las operaciones aeroportuarias, los sensores de Sick se utilizan en un amplio abanico de aplicaciones destinadas a evitar colisiones.
El tramo Zaragoza-Tarragona es el de mayor demanda para transportar mercancías de la red ferroviaria, con más de 100 circulaciones/semana por sentido. Une los principales nodos de producción y consumo, como son Madrid y Barcelona, formando parte de los flujos del centro y sur con el noreste de España y el resto de Europa.
Contará con una nave de 17.400 m2 de superficie total dividida en dos unidades, 1.000 m2 para oficinas y salas sociales, y casi 1.800 m2 de entreplanta. Tendrá 17 rampas niveladoras y dos puertas seccionales para carga y descarga de camiones.
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