La Guardia Civil ha detenido a dos personas de Alicante por la falsificación de 300 bicicletas y motocicletas eléctricas. Según fuentes oficiales, la principal empresa imputada falsificaba y manipulaba productos de otros importadores para hacerlos pasar por los de la empresa china original. El valor de los beneficios fraudulentos obtenidos podría superar el millón de euros.
La Operación Tamuja comenzó tras la denuncia de una empresa distribuidora oficial en España de vehículos eléctricos y de sus accesorios. Las investigaciones detectaron varios vehículos a los que se les había cambiado el color y a los que se les había devastado el número original para tapar o alterar etiquetas o marcas originales de fabricación.
La empresa investigada habría suministrado durante el último año bicicletas eléctricas y motocicletas de otras marcas comerciales de similares características supuestamente falsificadas con las etiquetas de la una conocida empresa china. Además, esta empresa decía haber firmado un contrato en exclusividad con la empresa china a la que estaban perjudicando, hecho que la Guardia Civil comprobó que era falso, ya que el contrato no estaba en vigor, por lo que no eran distribuidores en exclusiva.
En una de las naves registradas en Alicante se descubrió una «cabina de pintura rudimentaria», según fuentes de la Guardia Civil, construida con planchas de cartón y recubierta interiormente de plástico, con restos de pintura pulverizada que confirmaría su uso para el repintado de algunas piezas de las bicicletas eléctricas y motocicletas presuntamente falsificadas.
En el transcurso de la investigación se inspeccionaron veintitrés concesionarios en toda España directamente relacionados con la venta y la distribución de bicicletas eléctricas, motocicletas y accesorios eléctricos. Asimismo, se examinaron 358 vehículos, de los que ser intervinieron 298, y la Guardia Civil se puso en contacto con diecinueve personas con motocicletas matriculadas a su nombre, que habían sido estafadas.
Entre las principales causas que motivan el auge se encuentran la necesaria transformación hacia la sostenibilidad del packaging, la automatización y digitalización de la industria, la recuperación económica pospandémica de los diferentes sectores productivos, y el imparable crecimiento del comercio electrónico que lleva asociado nuevas necesidades de packaging y logística.
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