El plan de ayudas al achatarramiento de camiones y autobuses que el Gobierno puso en marcha el pasado mes de diciembre se ha saldado con 1503 solicitudes de ayuda, un resultado «escaso», como lo han calificado desde Fenadismer.
La línea de ayudas al achatarramiento para camiones de más de 3,5 toneladas y autobuses se encuadraba en el Plan de Impulso al Medio Ambiente en el Transporte (Plan PIMA Transporte). Dicho plan, cuya vigencia finalizó el pasado mes de octubre, y que estaba dotado con una partida presupuestaria de 3,7 millones de euros, contemplaba unas ayudas de 3000 euros por vehículo, excepto en el caso de los camiones con un tonelaje igual o inferior a 16 toneladas de MMA, que era de 2000 euros, y los de menos de 7,5 toneladas, en los que la ayuda era «de tan sólo 1500 euros», como critican desde Fenadismer.
Desde la federación destacan «el escaso resultado del plan», ya que del presupuesto inicialmente previsto solo se han ejecutado 1.144.000 euros (el 21% del presupuesto) habiéndose tramitado un total de 1.503 solicitudes de ayudas al Plan PIMA Transporte. El mayor porcentaje de solicitudes han sido de camiones (55%). Dentro de esta categoría, el 72% ha sido para camiones con una MMA superior a 16 toneladas y el 18% restante, para camiones de menor tonelaje.
En lo que respecta a la edad de los vehículos, en el caso de los camiones beneficiados, el 31% tenían una antigüedad superior a 20 años; el 51%, entre 13 y 20 años, y el 18%, una vida inferior a 13 años. Respecto al origen de los solicitantes, las comunidades autónomas con mayor porcentaje de beneficiarios han sido Murcia (14,8%), Galicia (14,2%), Cataluña (13,5%) y Comunidad Valenciana (11,2%).
Fuentes de Fenadismer achacan este pobre resultado a «la rigidez de algunos de los requisitos exigidos para acogerse a las ayudas», como «la necesidad de que el vehículo a achatarrar tuviera la autorización de transporte en vigor en el momento de la solicitud», lo que ha impedido, según fuentes de la federación, acogerse a un mayor número de vehículos de transporte actualmente inactivos «como consecuencia de la situación económica que ha soportado el sector estos últimos años».
Entre las principales causas que motivan el auge se encuentran la necesaria transformación hacia la sostenibilidad del packaging, la automatización y digitalización de la industria, la recuperación económica pospandémica de los diferentes sectores productivos, y el imparable crecimiento del comercio electrónico que lleva asociado nuevas necesidades de packaging y logística.
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