En demasiadas ocasiones, vemos que en las empresas se acuerdan de la logística solo cuando tienen problemas de servicio y/o se disparan los costes, poniendo entonces el foco en los últimos eslabones de la supply chain, sin llegar a identificar la causa raíz que los ha provocado.
¡Todos somos vendedores! Cuantas veces hemos escuchado esa expresión. La mayoría con buena intención, queriendo desde las direcciones hacer partícipes a los equipos de logística y de operaciones de la buena imagen y ventura de las compañías.
No pudiendo estar más de acuerdo con que efectivamente es así y todos somos vendedores, o 'comerciales', me pregunto si también en las empresas 'todos somos logísticos'. Si cuando se cierran las condiciones de una venta, se piensa en la cadena de suministro. Si en el momento de pactar el plazo o los horarios de entrega, se tiene en cuenta a los transportistas y repartidores. Si cuando se solicita el alta de una nueva referencia, se ha contado o no, con el equipo de planificación de la demanda y de la distribución.
Considero que para que una compañía funcione de forma eficiente, cada día es más necesario que cale en las personas que la forman la visión end to end, integral, de todos los procesos clave. Solo así la organización actuará como una verdadera cadena de suministro, que necesariamente debe incluir también a los equipos de marketing y ventas.
En demasiadas ocasiones, vemos que en las empresas se acuerdan de la logística solo cuando tienen problemas de servicio y/o se disparan los costes, poniendo entonces el foco en los últimos eslabones de la supply chain, sin llegar a identificar la causa raíz que los ha provocado. La racionalización del stock, el tamaño mínimo y óptimo de pedido, el plazo de entrega, la capacidad real, la heterogeneidad y complejidad de compromisos adquiridos, suelen ser los causantes reales de ese problema, mal llamado logístico.
Para cambiar esa tendencia y dar el definitivo salto de calidad, el gran reto al que nos enfrentamos los profesionales del sector, es poder anticiparnos a los problemas y aportar información de forma proactiva, para ayudar con ello a vender más, de forma rentable, eficiente y sostenible. Para conseguirlo, es necesario invertir en la mejora de la calidad de los datos de gestión de las operaciones y de la logística. A veces cuesta que las inversiones lleguen, por lo que contar con un aliado externo robusto en la cadena de suministro, puede reducir e incluso evitar esas inversiones, ayudándonos no solo a facilitarnos información, sino a asegurar la calidad, relevancia y utilidad de la misma. Estoy convencido de que la logística del futuro será tanto de mover datos, como de mover mercancías.
Por último, y ya que todos somos vendedores, deberíamos los logísticos preguntarnos cómo comunicamos lo que hacemos interna y externamente. En definitiva, si damos a conocer y 'vendemos' lo que hacemos. Y es que la logística, más que defenderla, hay que enseñarla.
Artículo de opinión publicado en el nº303 de Logística Profesional (pág 38)
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