Familia Torres ha alcanzado acuerdos con distribuidores europeos para limitar el uso del camión y que cubran la mayor parte de sus trayectos con el tren. Gracias a este impulso del tren, espera reducir entre el 30 y 40% las emisiones de gases de efecto invernadero asociadas al transporte.
En estos momentos, el 14% de la huella de carbono de la bodega corresponde a la distribución. Por ello, la compañía ha mantenido reuniones con sus distribuidores, que son los encargados de la contratación del servicio logístico, para recomendarles el uso del transporte intermodal ferroviario por sus ventajas al ser menos contaminante y ayudar a descongestionar las carreteras y reducir accidentes.
Wein Wolf en Alemania y Walraven Sax en Países Bajos han sido los primeros en aceptar este cambio y ya han contratado un operador logístico intermodal. En ambos casos, el remolque con los vinos y destilados que sale de la bodega de Pacs del Penedès (Barcelona) se incorpora a un tren de mercancías en la frontera entre España y Francia y cruza todo el país, más de 1.100 km, hasta llegar a Luxemburgo, Bélgica u Holanda, en función del destino final. La bodega cuenta con la experiencia de su distribuidor sueco, que utiliza desde hace años el transporte ferroviario, y confía en poder extender este modelo logístico entre todos sus distribuidores europeos.
Miguel A. Torres, presidente de Familia Torres, destaca: “La distribución suele quedar relegada a un segundo plano. Sin embargo, su impacto ambiental es muy significativo. Haber logrado que nuestros distribuidores opten por el transporte intermodal es una gran noticia que contribuirá en gran medida a conseguir nuestros objetivos de reducción de emisiones. Agradezco la predisposición de los distribuidores que ya han decidido hacer este cambio”.
La compañía tiene como objetivo para 2040 alcanzar la neutralidad en emisiones de carbono en línea con su plan de acción climática Torres & Earth.
Este programa se puso en marcha en 2008 para reducir su huella de carbono, adaptarse al incremento de temperaturas y concienciar al sector y a la sociedad de la necesidad de actuar. Desde entonces, la bodega ha invertido 23 millones de euros destinados a acciones de adaptación y mitigación. En 2024, logró reducir en un 40% sus emisiones de CO2 por botella desde el viñedo al consumidor respecto al 2008.
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