En el mes de febrero se matricularon 1.928 vehículos industriales, lo que supuso un aumento del 11,4% frente al mismo mes del año 2017. Entre enero y febrero de 2018 este tipo de vehículos alcanzaron 4.138 unidades matriculadas, lo que representó una subida del 9% en comparación con los mismos meses del año pasado.
Por segmentos, durante febrero los vehículos industriales ligeros (entre 3,5 y 6 toneladas de masa máxima), obtuvieron un notable empuje en sus matriculaciones: 106 matriculaciones y un crecimiento del 152,41% frente al mismo periodo de 2017. En el primer bimestre del año, y gracias a los registros de febrero, se ha producido una subida del 11,2% y un total de 176 unidades matriculadas.
En el caso de los industriales medios (de entre 6 y 16 toneladas), en febrero registraron un retroceso del 8,5% y un total de 236 unidades matriculadas. En enero y febrero de este año se han matriculado 492 unidades, lo que supone una bajada del 8% respecto a los registros de los dos primeros meses del pasado año.
Los vehículos industriales pesados (de más de 16 toneladas) registraron un aumento en sus matriculaciones de febrero del 10,8% respecto al mismo mes de 2017, con un total de 1.586 unidades matriculadas. El cómputo de los dos primeros meses del año arroja un total de 3.470 unidades registradas, lo que significa una progresión del 9,2% en comparación con el mismo periodo del pasado año.
Tanto en las matriculaciones de febrero, como en el acumulado del primer bimestre, los vehículos industriales pesados, y más específicamente los tractocamiones, son los que obtienen el mayor número de registros, con 1.269 y 2.799 unidades, respectivamente.
Entre las principales causas que motivan el auge se encuentran la necesaria transformación hacia la sostenibilidad del packaging, la automatización y digitalización de la industria, la recuperación económica pospandémica de los diferentes sectores productivos, y el imparable crecimiento del comercio electrónico que lleva asociado nuevas necesidades de packaging y logística.
Aprovechando los datos de su propia flota, los clientes pueden evaluar si están preparados para la electrificación, calcular el coste total de propiedad (TCO) de la electrificación, el coste operativo y el ahorro de CO2.
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