Los plazos de pago en el sector del transporte continuaron su descenso durante el pasado mes de diciembre y se situaron en 66 días de media, según los datos del Observatorio permanente de la morosidad que elabora mensualmente Fenadismer junto con la Fundación Quijote para el Transporte.
Este plazo está muy próximo al plazo de máximo legal de pago que marca la ley y ha permitido que la media anual se haya situado en 69 días, frente a los 74 días en 2022 y los 83 días en 2021, cuando se aprobó el régimen sancionador en materia de morosidad en el sector del transporte por carretera, que ha contribuido a una reducción en los plazos de pago de casi el 20% a lo largo de estos 2 años.
Las empresas cargadoras e intermediarias que incumplieron la legislación sobre morosidad durante el mes de diciembre, en el 66% de los casos, los excesos de plazo de pago fueron leves, entre 60 y 90 días. Sin embargo, un 11% de empresas incumplidoras superan este plazo, aunque la cifra es inferior a la que se producía en 2022 en el que esta franja de incumplimiento se situaba en más del 20%.
En cuanto a los medios de pago que son utilizados más habitualmente para el pago de los servicios de transporte, continúan siendo por este orden la trasferencia (70%), seguido del confirming (27%), el pagaré (3%) y el cheque (<1%).
Entre las principales causas que motivan el auge se encuentran la necesaria transformación hacia la sostenibilidad del packaging, la automatización y digitalización de la industria, la recuperación económica pospandémica de los diferentes sectores productivos, y el imparable crecimiento del comercio electrónico que lleva asociado nuevas necesidades de packaging y logística.
Aprovechando los datos de su propia flota, los clientes pueden evaluar si están preparados para la electrificación, calcular el coste total de propiedad (TCO) de la electrificación, el coste operativo y el ahorro de CO2.
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