El pasado martes, 5 de noviembre, dos representantes de Jungheinrich conocieron la residencia y centro de día Esclat Marina, en Barcelona. Con esta visita, querían conocer de primera mano cómo se gestiona esta entidad no lucrativa (con la que la firma alemana colabora a través de donaciones), dedicada a la inclusión familiar y social de personas con parálisis cerebral y otras discapacidades similares.
La lavanderia del centro cuenta con RFID, que se usa para rastrear la ropa de los residentes: todas las prendan llevan incorporadas etiquetas RFID que, al pasar por el lector, identifican automáticamente a su propietario. Asimismo, la domótica del sistema hace posible que personas con discapacidad puedan gestionar la lavandería sin requerir apoyo externo. En este sentido, cabe destacar que todas las habitaciones de la residencia están domotizadas.
Para el director gerente de Jungheinrich, Dirk Mirovsky, «este es un momento crítico para muchas familias, pero especialmente para aquellas personas dependientes o en riesgo de exclusión social. Por ello creemos en la responsabilidad de facilitar a las personas discapacitadas el acceso al mundo laboral y ofrecerles las herramientas para un desarrollo normalizado que permita mejorar su calidad de vida y asegurarles un futuro independiente».
Entre las principales causas que motivan el auge se encuentran la necesaria transformación hacia la sostenibilidad del packaging, la automatización y digitalización de la industria, la recuperación económica pospandémica de los diferentes sectores productivos, y el imparable crecimiento del comercio electrónico que lleva asociado nuevas necesidades de packaging y logística.
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