Igor recuerda aún aquella mañana remota en la que se calzó un par de esquís y "un señor de Bilbao" le llevó a la nieve. "Empezamos a esquiar porque un señor llamado Miguel Garay vino a Durango para montar un club. Lo que aquel hombre hizo entonces con los niños de mi pueblo y de otras zonas de Vizcaya es lo que yo intento trasladar ahora al Kurdistán iraquí", reconoce a EL MUNDO Igor Urizar, orgulloso de haber abierto en la aldea de Penjwin -a unos 20 kilómetros de la frontera con Irán- la primera escuela de esquí de Irak. "Cuando llegué en 2010 el lugar me recordó aquellas salidas que hacíamos de pequeños. En los años 80 tampoco teníamos infraestructuras y solíamos subir al monte, allí donde había nieve para pisarla uno detrás de otro y dejar nuestra huella", evoca el monitor vasco.
Caminar sobre la tierra antes no hollada es una aventura no exenta de riesgos. Igor lo comprendió en 2009 cuando, fascinado por la historia que había leído en una guía de viajes, se lió la manta a la cabeza y se marchó a un pueblo perdido en las montañas del Kurdistán turco al que las nevadas condenan al aislamiento dos meses al año. El viaje resultó un fiasco. "No salió bien por las presiones de la policía. Un día, poco después de llegar, me invitaron amablemente a que me marchara", confiesa.
El revés, sin embargo, abrió otra puerta: la de la vecina región autónoma del Kurdistán iraquí, "una isla -dice el esquiador- en un mar de conflictos". En el invierno de 2010, Igor -pertrechado de un lote de esquís- aterrizó en Penjwin, a los pies de unas sierras que guardan todavía el espanto de las minas; la memoria de los kurdos que huían de Sadam Husein; y el rebuzno de los burros que cruzaban el contrabando.
"Al principio les pareció una cosa frívola pero, al invitarles a Navarra para que viesen el funcionamiento de la semana blanca, empezaron a darse cuenta del potencial", apunta el precursor en suelo iraquí del esquí nórdico -una modalidad que permite desplazarse por senderos y pistas forestales de inclinación moderada sin necesidad de infraestructuras-. Desde entonces, Igor ha logrado una pequeña revolución en los inviernos del Kurdistán. "Penjwin empieza a ser conocida por el esquí. Tenemos un edificio donde se almacenan los esquís y donde se organizan actividades de música, inglés e informática. Si una tarde nieva, los chicos llegan, piden prestados los esquís y practican en una explanada que hay justo detrás. Antes yo era quien tenía que organizar las clases pero ahora son ellos los que tocan a la puerta", narra entusiasmado el vizcaíno.
El éxito ha permitido que la iniciativa se desarrolle ya en las tres provincias del Kurdistán iraquí. Y, desde la pasada temporada, los niños sirios que habitan un campamento de refugiado cercano también se deslizan por la nieve de Penjwin. "Cuando no hay esquí, la vida es bastante aburrida y dura", admite Igor, que suele vivir un par de meses al año en el pueblo y tiene aún mucho terreno por pisar. "Cuando no hay nieve, me paso el día tomando té y de casa en casa. Les digo que la cultura kurda está en los pequeños pueblos y que si se van a la ciudad la perderán. Hay que cambiar el 'chip' de la mayoría de los kurdos. Solo suben a la montaña para sentarse, comer, beber y bailar".
La eliminación de las etiqueta busca ofrecer aún más flexibilidad a los usuarios. Además, al digitalizar por completo el proceso, se reduce de manera considerable el uso de papel, en línea con la estrategia de descarbonización y mayor sostenibilidad puesta en marcha por InPost para convertirse en una empresa Net-Zero en 2040.
Inditex ya ha puesto en funcionamiento, a modo de pruebas, su nuevo centro de distribución Zaragoza II. Esta instalación contará al comienzo con 250 trabajadores directos y a mediados de agosto empezará a realizar las primeras operaciones con producto destinado a tiendas. Así lo ha señalado Óscar García Maceiras, consejero delegado de Inditex, durante la Junta General de Accionistas de la compañía en la que ha presentado los resultados del ejercicio 2024 y el arranque del actual, señalando que el buen desempeño del grupo es resultado de la ejecución del modelo de negocio integrado de tienda y online en el que colaboran todos los profesionales que forman la compañía. El consejero ha recordado además la inversión ordinaria prevista para este año, estimada en 1.800 millones de euros, y la continuidad del plan extraordinario de inversión logística iniciado en el ejercicio anterior, con 900 millones de euros adicionales en 2025.
Esta operación marca el inicio de una estrategia de inversión en España, con un objetivo de 200 millones de euros, que Delin va a desarrollar en nombre de un single family office con sede en Londres para el que tiene el encargo de conformar una cartera de activos logísticos en rentabilidad y con potencial de revalorización.
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