La innovación tecnológica está redefiniendo la logística urbana, y los drones son uno de sus exponentes más visibles. Como herramienta complementaria a los modelos tradicionales, estos vehículos aéreos no tripulados ya se han probado y se ha validado su utilidad para transporte de material sanitario y para la logística de emergencia. Aunque aún están en una fase inicial, su capacidad para sortear barreras geográficas, reducir tiempos y operar de forma autónoma los posiciona como una solución viable en la última milla. Actualmente, el reto pasa por consolidar esta tecnología como parte estructural del ecosistema logístico, y para ello, es imprescindible resolver aspectos operativos, normativos y de infraestructuras.
Uno de los principales catalizadores de este avance es el salto tecnológico en capacidades de carga. Antonio Sousa, experto en logística avanzada, lo resume así: “Los drones han pasado de transportar 5 a más de 100 kilos. Esta evolución exige una integración transversal con infraestructuras, transporte terrestre y espacio aéreo.” Para Sousa, hay tres claves logísticas ya activas que están marcando el rumbo del sector: la implicación del sector logístico, el desarrollo de ordenanzas específicas —como la de movilidad aérea urbana del Ayuntamiento de Madrid— y el despliegue del U-Space europeo, con España como referente gracias a proyectos como U-ELCOME.
Estas acciones configuran un nuevo ecosistema logístico urbano, donde tecnología, normativa y estrategia deben avanzar en sintonía. En este sentido, Roberto Gándara, jefe de la División de UAS de AESA, destaca que “la normativa europea ya contempla operaciones proporcionales al riesgo, como la logística en zonas rurales”. Sin embargo, para el entorno urbano, “será necesario contar con sistemas verificados por EASA y avanzar hacia operaciones BVLOS seguras, compatibles con otros usuarios del espacio aéreo”.
En vuelos demostrativos, como los realizados en pilotos de proyectos impulsados por CITET, la eficacia de los drones ya ha sido probada para casos de uso en situaciones de emergencia, entregas sanitarias o en zonas de difícil acceso. Estas pruebas han validado su capacidad para operar en escenarios reales, con resultados prometedores en tiempos, precisión y adaptabilidad. La clave ahora es pasar del piloto al modelo operativo: rutas aéreas automatizadas, infraestructuras físicas y digitales de apoyo, y marcos legales que acompañen la innovación. La tecnología está preparada; el siguiente paso es integrarla de forma estable, segura y estratégica en la cadena de suministro del futuro.
¿Se convertirán finalmente los drones en un modelo más para la distribución urbana de mercancías?
Artículo de opinión publicado en el nº302 de Logística Profesional (pág 43)
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La distribución capilar se enfrenta a retos crecientes, desde la escasez de transportistas hasta las complejidades del reparto urbano. Pascual trabaja activamente en atraer nuevo talento al sector, impulsar soluciones de última milla más sostenibles y promover modelos colaborativos y normativas más homogéneas que hagan más eficiente y responsable la logística en entornos urbanos.
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