AMDPress.- Sólo el 17,2% de las compañías españolas tienen un director de logística como tal; en el resto de las organizaciones, sus funciones estás descoordinadas, por lo que existe un alto potencial de ahorro en costes. La realidad de las empresas es que salvo en aquéllas de distribución pura, se ha descubierto la logística no hace más de cuatro años. Así, el 83,7% de las compañías considera este área como operativa y no estratégica, algo poco lógico si tenemos en cuenta que se estima que entre el 15 y el 30% del coste de un producto es coste logístico (excluyendo el precio de compra).
Las anteriores son algunas de las principales conclusiones extraídas de la intervención del presidente del Instituto Catalán de Logística (ICIL), Félix Tobalina, durante las jornadas “Logística integral: la reingeniería de la cadena de valor”, organizadas por la Universidad San Pablo CEU y el ICIL, los días 29 y 30 de abril en Madrid.
Según el ICIL, en el 68,7% de las empresas el área logística no depende de la dirección general. Además, en muchas ocasiones el almacén es el centro de la logística. En cuanto a la subcontratación de actividades en nuestro país, está situada entre el 9 y el 12%, frente a una media comunitaria del 30 al 33%. En materia de infraestructuras, a pesar de la evolución experimentada en los últimos años se estima que España sufre un retraso en su desarrollo del 20% de las necesidades reales y de diez años en términos de acercamiento a la media europea, señaló Tobalina.
Atendiendo a los sistemas de gestión, el 8,2% de las empresas españolas dispone de un sistema de información logística, frente al 22,8% de la media que ostenta la Unión Europea. Asimismo, únicamente el 4,6% de los operadores cuenta con un sistema de este tipo integrado con sus clientes, de acuerdo a los datos facilitados por el máximo representante del ICIL.
El futuro que aguarda al mercado español de este sector se centra en una fuerte integración de los proveedores con la empresa, reducción del número de almacenes privados para estar en las zonas de actividad logística (ZAL) o centros integrados de mercancías (CIM); eliminación de las barreras para el desarrollo del transporte compartido; fuerte incremento de la subcontratación de operadores, si bien primero se tenga que dar una reorganización de los actuales; aplicación de sistemas de planificación de producción integrada a nivel nacional y europeo; tendencia a los almacenes virtuales multiempresa; desarrollo de las infraestructuras como elemento dinamizador de la logística; el cliente, centro de esta actividad...
En definitiva, estamos creciendo a un fuerte ritmo a nivel empresarial, por lo que la logística tiene que concebirse como claro elemento de competitividad. Todos, administraciones centrales y territoriales, asociaciones, universidades, tienen que contribuir con su lucha por un desarrollo de la actividad logística, concluyó Tobalina.
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