«Los sectores farmacéutico, de alimentación, de tecnologías de la información y de la comunicación son los que más demandan servicios de externalización, ya sea de servicios, departamentos o funciones», según aseguró el director de la división de Optimización de Compras y Operaciones de Ayming, Eric Mass, en el taller Riesgos y oportunidades de la externalización de servicios, organizado por Aerce.
«Tras la voluntad de externalizar se encuentran siempre motivos como el deseo de alcanzar mayor rentabilidad del negocio, prestar un servicio con mayor calidad y a menor coste para el cliente, superar la falta de recursos propios, etc. Si bien en un principio se externalizaban áreas tradicionales de la empresa, como Administración, Servicios Generales, Producción, Operaciones, Tecnologías de la Información y el área comercial, en los últimos años se viene extendiendo a funciones de mayor valor añadido, como son la logística, procesos auxiliares a la industria, servicios de atención al cliente, etc., y la tendencia es que durante los próximos años crezca aún más», afirmó Mass.
En su opinión, «las empresas que estratégicamente han incorporado esta tendencia en su organización están muy satisfechas por las múltiples ventajas que reporta, demostrando ser una herramienta útil para su crecimiento, ya que les permite: flexibilidad y reducción de costes; concentrarse en el negocio; redirigir el talento a las áreas clave; la mejora de procesos y de productividad; reducir el riesgo de la inversión relacionada con las actividades externalizadas; liberar recursos internos para otras actividades; acceso a soluciones de vanguardia; igualdad competitiva; aumento de las ventas; capacidad de adaptación al mercado; mayor control sobre el propio negocio; focalización en la innovación; aumento de la competitividad, etc., en definitiva, aumentar su competitividad».
Qué externalizar
En opinión de Mass, antes de dar el paso hacia la externalización, debemos resolver primeramente las preguntas ¿qué externalizar y hasta dónde?, ¿por qué?, ¿cómo garantizar la calidad del proceso externalizado?, y paralelamente darle la importancia que requiere el análisis exhaustivo de todo el proceso si queremos hacerlo con éxito. «No se trata de encargar a un proveedor una tarea específica, sino de tomar la decisión de externalizar porque aporta valor contrastable a la organización, porque se obtiene una mejora radical de los procesos en los que internamente no se tienen capacidades especiales, haciendo más eficientes las tareas fundamentales. Lo importante en la externalización es encontrar el equilibrio entre lo que vamos a seguir haciendo internamente y lo que queremos externalizar.
La respuesta a la pregunta qué externalizar y hasta dónde, es que puede externalizarse todo aquello que no sea el negocio principal de la empresa y sin impacto directo en el mismo. Nunca deben externalizarse los procesos que nos diferencian de la competencia.
Así lo refleja un estudio de InPost encargado a la consultora South Pole para analizar el potencial de emisiones de carbono evitadas.
Comentarios