Ford ha aprobado el uso de Aceite Vegetal Hidrotratado (HVO) en sus furgonetas Transit. Este combustible diésel renovable se basa en aceites usados, incluido el aceite de cocina ya utilizado que puede obtenerse de restaurantes y establecimientos de comida para llevar, e incluso de cocinas particulares.
La compañía de automóviles ha probado el HVO en su motor EcoBlue 2.0 para asegurarse de que no son necesarias modificaciones para funcionar y que el servicio no se vería afectado por ello. El HVO está a la venta en estaciones de combustible seleccionadas en Europa, principalmente en Escandinavia y los países bálticos, donde se puede ofrecer en forma pura o como una mezcla con diésel normal.
El combustible también ha sido adoptado por operadores de flotas en otros mercados, para mejorar sus credenciales ecológicas, con combustible entregado a granel por proveedores especializados en instalaciones de abastecimiento de combustible de la compañía. Si un vehículo tiene poco HVO en un área donde éste no está a la venta, el conductor puede llenarlo con diésel convencional; los combustibles pueden mezclarse en el tanque sin causar problemas.
“El uso de HVO -o diésel renovable- en lugar de combustibles fósiles convencionales puede contribuir a mejorar la calidad del aire. Los gases de efecto invernadero pueden reducirse hasta en un 90% en comparación con el combustible diésel regular; y los vehículos que funcionan con HVO emiten menos NOx y partículas que otros vehículos diésel, porque el combustible no contiene azufre ni oxígeno”, asegura Ford.
Las empresas comerciales de toda Europa recogen aceite de cocina usado de restaurantes, empresas de catering y escuelas. RecOil, una iniciativa de la UE apoyada por la propia Comisión Europea está trabajando para aumentar las recogidas de estos residuos e impulsar la producción de biodiesel, incluyendo más recogidas domésticas.
La distribución urbana se enfrenta a retos crecientes en eficiencia, costes y normativas. Desde la falta de infraestructura hasta la logística inversa, pasando por la electrificación o la presión regulatoria, expertos del sector comparten las claves para mejorar el modelo y avanzar hacia una última milla más alineada con las exigencias medioambientales y del consumidor.
La distribución capilar se enfrenta a retos crecientes, desde la escasez de transportistas hasta las complejidades del reparto urbano. Pascual trabaja activamente en atraer nuevo talento al sector, impulsar soluciones de última milla más sostenibles y promover modelos colaborativos y normativas más homogéneas que hagan más eficiente y responsable la logística en entornos urbanos.
Comentarios