AMDPress.- El dinamismo es consustancial al sector automoción, donde los datos hablan por sí sólos: de 15 a 20 lanzamientos por marca cada tres años; entre 3.000 y 4.000 piezas montadas en un vehículo; plantas funcionando con más de 42 turnos semanales, etc. Se trata de cifras que vienen a revelar que sin una gestión fiable, sofisticada y completa de la logística, sería imposible que los más de 200.000 vehículos que a nivel mundial se entregan diariamente a sus nuevos propietarios pudieran fabricarse y distribuirse, habiéndose reducido además el coste incurrido por vehículo de una manera drástica a lo largo de los últimos 12 años, según opinan Jordi Segura y Alejandro Cuartero, gerente y socio de Accenture respectivamente.
A su entender, “desde comienzos de los años 80, la evolución de la logística en el sector automoción ha sido el revulsivo que ha permitido conseguir los ratios de productividad y los niveles de costes actuales”. Junto con este hecho, la externalización de premontajes contribuyó a dar el empujón definitivo a la logística en el sector, porque obligó a introducir nuevos conceptos como la sincronización de suministros, el just in time (JIT) o el kanban.
Por otra parte, “muchos fabricantes optaron por el acercamiento de los proveedores de primer nivel a sus instalaciones productivas, para lo cual se crearon los parques de proveedores. En España, los parques de Abrera (SEAT) o Almussafes (Ford) son la prueba de la expansión de este modelo logístico”, según destacan Segura y Cuartero.
En lo que respecta a la competencia en el sector, “ha multiplicado la complejidad de las operaciones en todos los niveles con el consiguiente incremento del número de modelos que se fabrican en una misma planta, proveedores de segundo nivel cada vez más lejanos, mayor sofisticación de los montajes, exigencias de calidad muy superiores, etc”.
En opinión de Segura y Cuartero, “en este nuevo panorama que se dibuja, los dirigentes de las empresas del sector están viendo cómo esa complejidad adicional se transforma en una pérdida manifiesta de eficiencia, que se traduce, en definitiva, en un aumento de sus costes, pero también en una mayor carga de trabajo en las tareas de gestión, seguimiento y control de las operaciones en su sentido amplio: aprovisionamiento, transporte, almacenaje, logística interna, etc.”
Y en lo que respecta al futuro, “la nueva etapa viene marcada por la búsqueda de la eficiencia a través de sistemas y herramientas que ayuden a gestionar y coordinar mejor el sistema productivo (a pesar del mayor volumen de proveedores y modelos) y a hacerlo más eficiente mediante la adopción de nuevas medidas como la gestión cooperativa, herramientas que proporcionen mayor visibilidad sobre la cadena logística (más allá del primer nivel de proveedores) y optimización de la secuencia de producción a partir de la consideración de factores internos y externos”,concluyen Segura y Cuartero.
Entre las principales causas que motivan el auge se encuentran la necesaria transformación hacia la sostenibilidad del packaging, la automatización y digitalización de la industria, la recuperación económica pospandémica de los diferentes sectores productivos, y el imparable crecimiento del comercio electrónico que lleva asociado nuevas necesidades de packaging y logística.
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