Ante la intención de Francia de implantar también el salario mínimo para conductores (siguiendo la estela de Alemania), Astic alerta del «aluvión de medidas proteccionistas en la UE» que este plan puede provocar. En este sentido, el director general de la asociación, Ramón Valdivia, lamenta la inacción del Gobierno, que en su opinión todavía no ha actuado «de forma clara y contundente contra estas amenazas», y reclama una «una Europa convergente».
La semana pasada, el Gobierno galo anunció una modificación en su legislación con el objetivo de que todos los conductores que operen en el país cobren el salario mínimo que estipula la ley francesa. En este sentido, cabe recordar que el salario mínimo en Francia está fijado en 1136 euros mensuales (cuando en España se sitúa en los 648 euros). Francia sigue, así, el camino trazado por Alemania, que anunció una medida similar el pasado 30 de enero; medida que, en la actualidad, ha suspendido hasta que la CE no se pronuncie sobre su legalidad.
Para el director general de Astic, esta falta de armonización en las legislaciones europeas sigue siendo «uno de los caballos de batalla de Astic». Valdivia cree que se trata de normas que «se imponen de forma atolondrada, de un día para otro, y que están mareando a nuestros transportistas». Por eso, aboga por avanzar hacia «una Europa convergente», ya que este tipo de planes generan desequilibrios entre los países miembros y «un exceso de burocracia en las administraciones», advierte Valdivia.
Desde Astic recuerdan, además, que si sale adelante el Proyecto de Ley para el Crecimiento, la Actividad y la Igualdad de Oportunidades Económicas del Gobierno francés, Francia «exigirá todos los beneficios sociales galos para aquellos conductores que realicen actividades de transporte o cabotaje en su país». Fuentes de Astic insisten en que los beneficios sociales en Francia son de los más elevados de Europa, por lo que esta situación supondría «un enorme obstáculo para muchas de las empresas de transporte españolas que operan en el país vecino. Un duro revés que llega, precisamente, en un momento en el que el sector estaba dando sus primeros pasos hacia la recuperación», lamenta Ramón Valdivia.
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