La Confederación Española de Transporte de Mercancías (CETM) ha cargado duramente contra Aecoc por seguir reclamando las 44 toneladas. Para la confederación, se trata de una «postura codiciosa» que «solo atiende a intereses económicos».
En un duro comunicado, la CETM ha querido dejar constancia de «su preocupación y malestar» por las declaraciones realizadas recientemente por los cargadores. Y es que, con motivo de la aprobación de los megacamiones, desde la asociación volvieron a insistir en su aspiración de aumentar la capacidad máxima de carga en el transporte de mercancías por carretera de 40 a 44 toneladas. Para la CETM, se trata de una forma de presión «al Gobierno y a la opinión pública».
Además, desde la patronal expresan su estupor por el hecho de que la asociación «haya decidido realizar estas manifestaciones antes de la reunión prevista con el sector del transporte el próximo 28 de enero»; reunión en la está previsto analizar, entre otros temas, el de las masas y dimensiones de los vehículos de transporte. «Creemos que esta no es la mejor manera de iniciar unos encuentros que dejaron de celebrarse porque a los cargadores les vino mejor presionar al Gobierno», subrayan desde la CETM.
Consecuencias negativas
La CETM considera que la petición de Aecoc se olvida de aspectos «tan importantes» para el transporte de mercancías por carretera como «los elevados costes que conllevaría adaptar la configuración técnica» de la flota de camiones que requeriría la nueva normativa.
Asimismo, para la CETM, las 44 toneladas producirían «de manera automática» un «alto coste social derivado de la paralización de gran parte de la flota y el reajuste de las plantillas, con la consecuente pérdida de puestos de trabajo».
En opinión de la CETM, la presión de la demanda sobre una oferta sobredimensionada ocasionaría, además, «un deterioro en las ya maltrechas cuentas de resultados de las empresas de transportes».
Desde la perspectiva de las infraestructuras, las 44 toneladas supondrían «un deterioro acelerado» de las carreteras, y desde el punto de vista de la seguridad vial, «un agravamiento de los siniestros en los que se viese implicado un vehículo industrial», concluye la CETM.
La distribución urbana se enfrenta a retos crecientes en eficiencia, costes y normativas. Desde la falta de infraestructura hasta la logística inversa, pasando por la electrificación o la presión regulatoria, expertos del sector comparten las claves para mejorar el modelo y avanzar hacia una última milla más alineada con las exigencias medioambientales y del consumidor.
La distribución capilar se enfrenta a retos crecientes, desde la escasez de transportistas hasta las complejidades del reparto urbano. Pascual trabaja activamente en atraer nuevo talento al sector, impulsar soluciones de última milla más sostenibles y promover modelos colaborativos y normativas más homogéneas que hagan más eficiente y responsable la logística en entornos urbanos.
Comentarios