La Organización Empresarial de Logística y Transporte (UNO) promoverá la creación de una escuela de repartidores y un código de buenas prácticas en la distribución urbana de mercancías. El objetivo es «sentar las bases» de la distribución urbana en las conocidas como «ciudades inteligentes», favoreciendo el servicio de las compra digitales, la descongestión del tráfico y el cuidado al medioambiente, según la patronal.
Así, y en relación a la escuela de repartidores, el secretario general de UNO, Francisco Aranda, explica que los conductores «van a necesitar unas habilidades muy concretas», por lo que requerirán de «una formación específica para ofrecer soluciones muy rápidas».
En este sentido, Aranda afirmó, en unas jornadas sobre comercio electrónico organizadas recientemente por la patronal, que son «los propios Ayuntamientos los que demandan la puesta en marcha de este código de buenas prácticas», del mismo modo que ya existe uno para el transporte de pasajeros. «Un documento así aportaría valor a la creación de un marco normativo nacional de distribución urbana de mercancías sobre el que se puedan apoyar las ordenanzas municipales», indicó el secretario general de UNO.
El 55% de los ingresos de las empresas de logística ya derivan del comercio electrónico, lo que ha subido el envío a particulares del 15% en 2012 a casi el 60% en la actualidad. En España, la facturación del comercio electrónico asciende a 23.000 millones de euros anuales, y se prevé que en este año sean 27.000 millones y 30.000 millones en 2018.
En este contexto, para la patronal este crecimiento aún «no ha tocado techo». «La logística, de nuevo, será la clave para evitar que las ciudades se colapsen. Tenemos que construir entre todos la distribución urbana de mercancías del futuro para que el comercio electrónico continúe suponiendo una fuente de actividad económica en el país», subrayó Francisco Aranda.
La distribución urbana se enfrenta a retos crecientes en eficiencia, costes y normativas. Desde la falta de infraestructura hasta la logística inversa, pasando por la electrificación o la presión regulatoria, expertos del sector comparten las claves para mejorar el modelo y avanzar hacia una última milla más alineada con las exigencias medioambientales y del consumidor.
La distribución capilar se enfrenta a retos crecientes, desde la escasez de transportistas hasta las complejidades del reparto urbano. Pascual trabaja activamente en atraer nuevo talento al sector, impulsar soluciones de última milla más sostenibles y promover modelos colaborativos y normativas más homogéneas que hagan más eficiente y responsable la logística en entornos urbanos.
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