AMDPress.- No antes de finales de 2003 o principios de 2004. La Confederación Española de Organizaciones Empresariales (Ceoe) quiso disuadir ayer, 29 de octubre, a quienes creen inminente la recuperación de la economía española e internacional. En el acto de presentación del informe "Competitividad en España, problemas y propuestas de mejora", el vicepresidente de la patronal, José María Aguirre, indicó que la positiva evolución del consumo en los últimos meses en Estados Unidos ha provocado "un espejismo, una ilusión" de que se había iniciado la recuperación.
Los analistas de la Ceoe creen que las empresas españolas entraron en 1998 en una dinámica de pérdida de competitividad; desde ese año la cuota de mercado de nuestro país en el mercado mundial ha pasado de 2 al 1,8%, inferior al peso de nuestra economía en el PIB mundial. La ampliación de la Unión Europea con 10 nuevos países supone un reto para la actividad industrial y de servicios de España. Al descender la renta media de la nueva UE, la mayor parte del país estará por encima de la media comunitaria y siete regiones españolas "dejarán de recibir ayudas". Por otra parte, el informe indica que los nuevos socios representan una oportunidad de negocio a la que los inversores nacionales deberán estar atentos.
La Ceoe pide a la Administración que mantenga el apoyo a la presencia de las empresas españolas en el exterior, para lo cual es necesario, entre otras medidas, reforzar el Instituto Español de Comercio Exterior (Icex), mantener y agilizar la tramitación de los Fondos de Ayuda al Desarrollo y "extender la red de convenios para evitar la doble imposición internacional".
Entre las principales causas que motivan el auge se encuentran la necesaria transformación hacia la sostenibilidad del packaging, la automatización y digitalización de la industria, la recuperación económica pospandémica de los diferentes sectores productivos, y el imparable crecimiento del comercio electrónico que lleva asociado nuevas necesidades de packaging y logística.
Aprovechando los datos de su propia flota, los clientes pueden evaluar si están preparados para la electrificación, calcular el coste total de propiedad (TCO) de la electrificación, el coste operativo y el ahorro de CO2.
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