Replantear los sistemas logísticos y las cadenas de suministro de las empresas permite garantizar que las prácticas empresariales estén alineadas de principio a fin con los objetivos medioambientales y de sostenibilidad.
La reducción de las emisiones de dióxido de carbono, las iniciativas de reciclaje y las soluciones de ahorro de energía para almacenes son las principales iniciativas.