“El 56% de las pymes españolas ya han realizado envíos de última milla alguna vez, frente a un 40% que todavía no lo ha hecho todavía, pero se está planteando hacerlo en un futuro cercano”, según el estudio “Las Pymes y el reto de la última milla 2019”, elaborado por Stuart junto a MuyPymes. Este informe se basa en el análisis tanto los hábitos logísticos de las pymes españolas, como sus expectativas de futuro en un mundo cada vez más digital.
Los datos del estudio arrojan que el comercio electrónico es un tipo de servicio claramente en auge: el 30,5% de los comercios que realizan envíos, lo hacen cada día de la semana, frente al 28% que lo realiza entre 2 y 4 veces por semana, una vez por semana (12%) o una vez cada dos semanas (5%). A la hora de valorar las ventajas de los servicios de última milla, las pymes españolas lo tienen claro, “eligen la flexibilidad para programar entregas en la franja horaria de 30 min que más le convenga a su cliente, asegurar las entregas en menos de una hora y ofrecer servicio de devoluciones”.
La convergencia entre la tienda física y el mundo online se ha convertido en la clave del comercio español en la actualidad, remarca el estudio. Casi la mitad de las pymes españolas (47%) apuestan por la omnicanalidad como estrategia comercial, frente a un 35% que sólo vende online.
Como claves para mejorar la experiencia de compra, David Guasch, director general de Stuart en España, destaca que “la rapidez y la posibilidad de personalización en los envíos puede convertirse en una herramienta competitiva e imprescindible, además de que los negocios locales y el comercio tradicional pueden encontrar en las plataformas de última milla el aliado ideal para acometer sus proyectos de transformación digital en el ámbito de la logística urbana”.
El sector logístico está entrando en una fase de moderación tras un inicio de año muy dinámico. No se trata de una crisis, pero sí de una desaceleración clara, especialmente visible en el transporte terrestre y el empleo autónomo.
Los equipos de compras del sector manufacturero e industrial enfrentan el desafío de reducir costes sin comprometer la seguridad del suministro, a menudo con recursos limitados. Un nuevo enfoque en las compras puede ayudarles a identificar áreas de gasto que hasta ahora no se habían considerado.
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