CC.OO. ha convocado una huelga en Adif y el Grupo Renfe desde las 0:00 horas hasta las 23:00 horas del próximo viernes, 29 de septiembre, «como medida de presión por la falta de información sobre temas esenciales en la viabilidad y futuro de ambas empresas».
En este sentido, el secretario general del Sector Ferroviario de CC.OO., Manuel Nicolás Taguas, ha manifestado que al sindicato «no le ha quedado otra salida ante el oscurantismo del ministerio y las empresas ferroviarias» en asuntos «tan importantes como la definición de las Obligaciones de Servicio Público (financiación pública de servicios de Cercanías y Media Distancia) para 2018, el deterioro de las infraestructuras y el material rodante por falta de mantenimiento, la liberalización en ciernes del transporte de viajeros, así como una falta de previsión ante el escenario de competencia que se avecina».
Según Taguas, CC.OO. pretende revertir una tendencia que persiste desde que entró en vigor la Ley del Sector Ferroviario: en 2005 las plantillas de Renfe, Adif y Feve sumaban 32 000 trabajadores. Hoy entre Renfe, Adif y Adif Alta Velocidad apenas superan los 26 000. Por tanto, se han perdido casi 6000 puestos de trabajo «que habrá que recuperar si se quieren mantener los estándares de calidad del ferrocarril en España».
CC.OO. plantea la necesidad de recuperar para el sector público múltiples actividades externalizadas que, para el sindicato, «empeoran el servicio» y solo sirven «para precarizar el empleo a través de contratos casi temerarios, en múltiples ocasiones». Asimismo, exige «un plan de ingresos de personal muy por encima de las bajas que se producen en las empresas; es decir, una tasa de reposición muy superior al 100%, que haga innecesaria la política de privatización continua de actividades».
Taguas, además, considera «intolerable la disminución de poder adquisitivo» que, desde el año 2010, han sufrido los empleados públicos, «ya que a finales de 2017 acumularán una pérdida que rondará el 15%». En este sentido, plantea que «si España genera la misma riqueza al año que antes de la crisis, con dos millones menos de ocupados y una pérdida de poder adquisitivo tan disparatada de los asalariados, demuestra que ha habido una redistribución injusta de esa riqueza, desplazándose hacia las rentas del capital y no hacia las rentas del trabajo, por lo que ha llegado el momento de recuperar parte de lo perdido con subidas salariales por encima de la inflación».
«Cinco años de congelación y dos años de incrementos exiguos del 1%, muy por debajo de la subida del IPC, para 2016 y 2017, es un sacrificio por parte de los trabajadores y trabajadoras desproporcionado respecto al que han hecho las patronales públicas y privadas del sector», concluye el secretario general del Sector Ferroviario de CC.OO.
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