La Guardia Civil, en el marco de la operación Furtum Carrus, ha desarticulado en las provincias de Cuenca, Castellón, Madrid, Ciudad Real y Zaragoza una red criminal dedicada a la sustracción de camiones cargados de mercancía, que posteriormente ponían a la venta a través de establecimientos comerciales receptadores.
En el transcurso de la operación se han detenido a veintidós personas y se ha investigado a otras cinco por los delitos de pertenencia a organización criminal, robo con fuerza en las cosas, sustracción de vehículos y «receptación». El valor de lo recuperado hasta el momento asciende a unos 250 000 euros, aproximadamente, según fuentes de la Guardia Civil.
La operación se inició a raíz de la sustracción de cuatro cabezas tractoras y sus respectivos semirremolques en Cuenca. Tras las primeras investigaciones, los agentes descubrieron que los autores formaban parte de una organización que «perfectamente estructurada y jerarquizada».
Parte de los miembros de la organización localizaban camiones de gran tonelaje que habitualmente, coincidiendo con los fines de semana, se encontraban en áreas de servicio o en campas de empresas logísticas.
Tras fijar el objetivo, y mientras uno o varios delincuentes hacían labores de vigilancia, otros forzaban las cabinas de las cabezas tractoras y hacían un puente en el sistema de arranque del vehículo. Al mismo tiempo, otro de los integrantes de la organización desactivaba el sistema GPS del camión, actuando sobre el propio sistema o a través de inhibidores de frecuencia.
Después de apoderarse de los vehículos, los trasladaban a naves cuyos propietarios, que también formaban parte de la organización, se encargaban de distribuir el género, bien en establecimientos propios o a través de comercios donde los artículos se ponían a la venta. Tras la descarga, los vehículos eran abandonados en polígonos industriales de Madrid y Toledo.
En otras ocasiones, camioneros que formaban parte de la organización hurtaban una pequeña parte de los cargamentos que transportaban, justificando posteriormente las faltas como incidencias, de las que se hacía cargo el seguro de la carga.
En la primera fase de la operación se realizaron un total de nueve inspecciones en tiendas de electrodomésticos (seis en Jaén y tres en Madrid) en las que la Guardia Civil recuperó varias lavadoras, impresoras y escáneres y detuvo a siete personas.
Dentro de la segunda fase, la Guardia Civil registró los domicilios de los cabecillas de la organización y realizó inspecciones en campas de estacionamientos de camiones, en una nave de la localidad toledana de Borox y en un establecimiento hostelero de Guadalajara. Esta segunda etapa se cerró con la detención de otras cinco personas y la investigación de otras tres.
La tercera y última fase, hasta el momento, culminó con la detención de otros diez componentes de la organización y la investigación de otros dos. La investigación continúa abierta.
La compañía ha invertido más de mil millones de dólares en investigación, desarrollo y creación de nueva capacidad para su tecnología Solstice, que actualmente tiene aplicaciones en refrigerantes, agentes espumantes, aerosoles y disolventes, y también se está evaluando para ampliar su uso en inhaladores dosificadores.
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