“Las carretillas eléctricas cuentan con motores de tecnología de corriente trifásica, a diferencia de las carretillas de combustión interna que tienen motores diésel o de gas propulsor (GLP). Y, aunque el coste de adquisición de las carretillas eléctricas sea superior al de las carretillas térmicas, los sistemas de energía eléctricos supondrán, a lo largo de toda su vida útil, un gran ahorro”, asegura Pablo Dieguez, técnico comercial en Jungheinrich.
Las carretillas eléctricas ofrecen múltiples y diversas ventajas, entre las que desde Jungheinrich destacan:
El aplazamiento de los aranceles entre EE. UU. y China ha generado un aumento del 5 % en la demanda de flete aéreo. Una tendencia que refleja cómo los responsables de cadena de suministro utilizan la agilidad del transporte aéreo como herramienta de resiliencia en tiempos de incertidumbre global.
Entre las medidas se encuentran la ampliación de horarios para las operaciones de reparto, un nuevo dimensionamiento, implantación y digitalización de zonas de carga y descarga, red de puntos de conveniencia y taquillas, la habilitación de carriles de uso mixto y la incorporación de vehículos eléctricos para acceder a áreas con limitaciones de tráfico, como el centro histórico.
Desde el inicio de la cooperación en el año 2020, el centro de distribución en Knowsley, cerca de Liverpool, se ha convertido en un ejemplo emblemático de soluciones logísticas escalables. En abril de 2025 se encargó la quinta fase de construcción con un volumen total de varios millones de euros.
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