La Comisión Europea ha presentado las conclusiones del informe Normas europeas para el siglo XXI, en el que destaca «la importante contribución de la normalización para que las políticas europeas respondan con eficacia a las necesidades actuales de las organizaciones, de la sociedad y de los ciudadanos, en un entorno cambiante y global»
Tradicionalmente, la normalización en Europa ha estado enfocada en facilitar apoyo técnico para las necesidades de armonización de la Unión Europea (UE). Sin embargo, la nueva visión va más allá y quiere subrayar «el destacado papel de las normas técnicas para los cambios sociales y las políticas europeas, como la promoción de la innovación, el aumento de la calidad y la seguridad, el fomento del empleo y del crecimiento, el apoyo para las cadenas de valor mundiales y el desarrollo del mercado único».
Para la UE, las normas y la normalización son «componentes estratégicos claros» para salvaguardar la competitividad de la UE, además de herramientas esenciales para promover la innovación y el progreso del mercado único. La normalización es «un componente clave de las negociaciones de acuerdos de libre comercio de la UE con terceros países».
La Comisión busca que sus asociados se comprometan a utilizar normas internacionales innovadoras como base para la reglamentación que afecta a productos y servicios fundamentales, con el fin de garantizar la seguridad y la protección de los ciudadanos de la UE y mejorar la competitividad internacional de las empresas europeas.
Cada norma europea sustituye a una norma o a un conjunto de normas nacionales de un Estado miembro y las consolida en un solo instrumento. De este modo, se facilita la situación para las empresas y los ciudadanos al crear servicios públicos modernos y reducir la carga administrativa y los costes de cumplimiento.
La colaboración en este tipo de eventos resalta la importancia de la solidaridad y la responsabilidad social corporativa en la construcción de una sociedad más justa y equitativa.
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