La navegación lenta (slow steaming) para ahorrar combustible podría dejar de ser rentable. Debido a la bajada del precio del petróleo y, por tanto, del de los combustibles marinos, los armadores y los operadores de portacontenedores están replanteándose la idoneidad de este sistema de navegación.
En un estudio de Dynamar sobre los precios del combustible, citado por Anave, el analista Dirk Visser advierte de que el 13 de enero de 2015, el IFO 380 costaba 236 dólares por tonelada en el puerto de Róterdam, frente a los 558 $/t de agosto de 2014. Con estos datos, y teniendo en cuenta que entre Asia y Europa hacen falta doce buques por ruta para mantener la frecuencia semanal con navegación lenta (17 nudos), muchos se preguntan si no sería el momento de aumentar la velocidad y utilizar menos barcos.
Para Dirk Visser, aumentar o reducir la velocidad no solo responde al precio del combustible. Muchos armadores han llevado a cabo modificaciones técnicas en sus buques, en muchos casos irreversibles, orientadas a optimizar el rendimiento en navegación lenta. Incluso algunos buques se han proyectado específicamente para este tipo de navegación.
Ahora las líneas deben calibrar si aceleran sus flotas y ofrecen a los clientes tiempos de tránsito menores. En cualquier caso, y para operar con menos buques, deberían dejar de renovar parte de sus contratos de fletamento por tiempo con armadores independientes, «lo que sería muy perjudicial para estos, dada la sobrecapacidad existente en el mercado», informan fuentes de Anave.
Para Nils Andersen, de APMoller-Maersk, los menores costes derivados del menor precio del combustible se compensan automáticamente por la bajada de los ingresos por los recargos (Bunker Adjustement Factor, BAF) en las tarifas de fletes. «Por ello, muchos armadores prefieren mantener la velocidad lenta, que ha ayudado a limitar los efectos del grave problema de la sobrecapacidad de la flota».
El tramo Zaragoza-Tarragona es el de mayor demanda para transportar mercancías de la red ferroviaria, con más de 100 circulaciones/semana por sentido. Une los principales nodos de producción y consumo, como son Madrid y Barcelona, formando parte de los flujos del centro y sur con el noreste de España y el resto de Europa.
Contará con una nave de 17.400 m2 de superficie total dividida en dos unidades, 1.000 m2 para oficinas y salas sociales, y casi 1.800 m2 de entreplanta. Tendrá 17 rampas niveladoras y dos puertas seccionales para carga y descarga de camiones.
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