El pasado miércoles, 8 de octubre, España, Portugal, Francia y Alemania constituyeron el Comité Ejecutivo del Corredor Atlántico. Entre otros asuntos, la comisión definirá los objetivos generales del corredor y deberá asegurarse de que su cumplen los tiempos y, en caso de ser necesario, «solicitará fondos europeos» para que su implantación «se lleve a cabo en tiempo y forma».
La Ministra de Fomento, Ana Pastor, y sus homólogos de Portugal, Francia y Alemania, aprovecharon la reunión del Consejo de Ministros de Transporte de la Unión Europea, celebrada en Luxemburgo, para cerrar el acuerdo, pero al margen de dicho encuentro. Para la ministra española, este acuerdo permitirá «potenciar el corredor atlántico de nuestro país».
Tren
En el marco del Consejo de Ministros de la UE, se debatió sobre el Cuarto Paquete Ferroviario europeo, que incluye la liberalización («apertura», en el lenguaje político) del mercado interior de pasajeros y del sistema de organización de las empresas que gestionan las infraestructuras. En este sentido, Pastor volvió a defender un espacio europeo ferroviario: «Tenemos que ir a una normativa común para todos los Estados miembros porque, habiendo unas reglas del juego claras y comunes, añadiremos más competitividad y más igualdad de oportunidades a todas las empresas».
La ministra española subrayó que España ya ha iniciado la liberalización del sector ferroviario de viajeros, y defendió esa misma «apertura» en la UE de forma «gradual, equitativa, recíproca y transparente» del mercado ferroviario que permita la creación de un verdadero «Espacio Ferroviario Único Europeo».
Puertos
Durante el Consejo también se consiguió llegar a un acuerdo para consensuar un Reglamento de Servicios Portuarios común europeo que armonice las condiciones de acceso a dichos servicios.
En ese sentido, Pastor apoyó el establecimiento de este marco jurídico, aunque también le hubiera gustado que fuera «algo más ambiciosa, como la regulación que ya rige en España» y que incluye los servicios de pasajeros y mercancías.
El tramo Zaragoza-Tarragona es el de mayor demanda para transportar mercancías de la red ferroviaria, con más de 100 circulaciones/semana por sentido. Une los principales nodos de producción y consumo, como son Madrid y Barcelona, formando parte de los flujos del centro y sur con el noreste de España y el resto de Europa.
Contará con una nave de 17.400 m2 de superficie total dividida en dos unidades, 1.000 m2 para oficinas y salas sociales, y casi 1.800 m2 de entreplanta. Tendrá 17 rampas niveladoras y dos puertas seccionales para carga y descarga de camiones.
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