El presidente de la CETM, Marcos Montero, participó ayer en una jornada organizada por Aeutransmer en la que dejó muchos titulares. Para Montero, «nada volverá a ser lo mismo después de la crisis», por lo que reclamó al sector un cambio de mentalidad y pidió «responsabilidad» a los cargadores. En este sentido, abogó por «establecer mecanismos de cooperación entre cargadores y transportistas».
Aeutransmer organizó ayer en Madrid la jornada Seguimiento de los Efectos de la Crisis Económica en el Transporte de Mercancías, en la que el presidente de la CETM, Marcos Montero, participó como ponente para explicar las consecuencias que la crisis ha tenido en el transporte de mercancías por carretera. Para Montero, desde 2008 (el año de inicio de la crisis) «la evolución del sector, “el termómetro de la economía”, ha sido crítica». En estos cinco años, han cerrado 24.383 empresas de transporte, se han quedado sin trabajo miles de personas y las compañías han perdido en total más de 74.000 vehículos.
Ante este panorama, Montero apostó por cambios en el sector y pidió a los cargadores «responsabilidad» y «olvidar las posiciones de dominio», ya que, en su opinión, en el futuro a la hora de contratar no solo habrá que tener en cuenta el precio, sino también la «calidad» o la «fiabilidad». Para el presidente de la CETM, la mayoría de los operadores se ven obligados a bajar los precios más que los costes, lo que ha provocado el cierre de muchas empresas.
También tuvo palabras para las empresas de transporte, a quienes demandó «colaboración» y «respeto mutuo» y que aprendiesen a decir «no» ante clientes que pidan precios excesivamente bajos. Asimismo, pidió a su sector cumplir con las leyes de morosidad y los pactos en contrario, limitar la cadena de subcontrataciones y fijar una posición común española en torno a los pesos y dimensiones de los vehículos. «Es imprescindible una armonización europea», dijo.
Por último, exigió al Gobierno «celeridad» para evitar todas las situaciones de «incertidumbre», según sus propias palabras, que vive el sector. En este sentido, afirmó que «el coste de la Euroviñeta lo va a pagar la sociedad en su conjunto» y dijo sentirse «molesto y defraudado» con Hacienda y Fomento por asuntos como el céntimo sanitario o la falta de infraestructuras específicas, como aparcamientos, carreteras o accesos a terminales ferroviarias y marítimas, mientras que sí se invierten «muchos millones en el AVE, por ejemplo».
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