Logística Profesional Digital.- El ministro de Fomento, José Blanco, ha defendido que el nuevo diseño de la Red Transeuropea de Transportes (RTE-T) no debería tener en cuenta solo el flujo de tráfico, sino que debería servir como elemento de cohesión territorial y desarrollo regional para «asegurar el cumplimiento del objetivo de desarrollar una red equilibrada que sirva a una realidad territorial tan diversa como la europea».
José Blanco hizo estas declaraciones ayer, 8 de febrero, durante una reunión informal de ministros de Transportes de la Unión Europea celebrada en la localidad húngara de Gödöllő, que tuvo como único punto del orden del día el proceso de revisión de la Red Transeuropea de Transportes (RTE-T) emprendido por la Comisión Europea.
Durante el encuentro, al que también asistieron el vicepresidente de la Comisión y comisario de Transportes, Siim Kallas, junto a los representantes ministeriales de los 27 Estados y de la Comisión de Transportes del Parlamento Europeo, Blanco señaló que el nuevo diseño de la RTE-T no debería basarse únicamente en el análisis de flujos de tráfico y en criterios cuantitativos, ya que «podría ser difícil», comentó, «asegurar el cumplimiento del objetivo de desarrollar una red equilibrada que sirva a una realidad territorial tan diversa como la europea». Para el responsable de Fomento, el proceso de revisión actual es «prioritario en el programa estratégico del actual Trío de Presidencias».
El ministro español recalcó, asimismo, que España apuesta por introducir en el proceso aspectos como la cohesión territorial y el desarrollo regional, «factores que permitirán tener en cuenta las singularidades de los distintos territorios que conforman la Unión Europea». En este mismo sentido, José Blanco ha sugerido que el proceso de revisión debería tener en cuenta el potencial de actividad económica y la generación de flujos de transporte que un elemento de la red produciría en su marco territorial, y ha puesto como ejemplo el Corredor Mediterráneo, cuya inclusión en la futura red básica europea es «prioritaria» para España.
Además, José Blanco apostó por «el mantenimiento de las infraestructuras como parte de la política de cohesión» de la UE, política que, apuntó, entra dentro de los «ambiciosos» objetivos de incremento de la eficiencia energética y reducción de emisiones marcados para 2020.
Por otro lado, los representantes de los 27 debatieron también sobre las fórmulas de financiación de la RTE-T, y coincidieron en la necesidad de mantener los niveles actuales, ya que el «esfuerzo» de la UE para desarrollar una red integrada y su horizonte temporal, según señalaron varios responsables ―entre ellos Blanco―, «excede con mucho las actuales dificultades económicas».
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